Ingeniero perdido en Pionono

La noble Universidad de Chile se encuentra segregada por todo Santiago. Esto hace dificil la existencia de una verdadera Universidad, y lo que en la práctica muchas veces se observa no es otra cosa que una Federación de Facultades.

Demás está decir que un estudiante de ingeniería no se topa necesariamente todos los días con uno de derecho...


A pesar de todo el tradicional odio que existe entre estas dos razas de profesionales, les puedo contar que me he mezclado entre los leguleyos dentro de sus aulas 4 veces, lo cual ha coincidido con el hecho que mi hermana entró a estudiar en ese extraño mundo.

La primera vez fui a una clase de Derecho Civil, que por lo demás la encontré muy interesante, e incluso por esos días le comenté a más de alguien que ese ramo debiese ser un electivo que puedan tomar todos los alumnos de la Universidad. Recuerdo que ese día se habló de las responsabilidades que dos partes tienen al momento de celebrar un contrato (todos más alguna vez hemos firmado alguno, y si no, pronto llegará el momento)

Después fui a dos clases de Política Económica Contemporánea. Ese ramo era impartido por un profesor con sus buenos años a cuestas, pero no por eso un mal profesor (a mi gusto, todo lo contrario). Este ramo consistía en hablarles sobre cómo funciona el mundo económico: quién y cómo se regula la tasa de interés, para que sirve esta, etc. Lamentablemente los alumnos no sabían lo buen profesor que era este caballero, ni tampoco sabían sobre el mundo en el cual se mueven habitualmente.

Hoy fui a otra clase: Derecho de la Telecomunicaciones. El profesor es un abogado de Entel, y tiernamente les habla de paquetes, protocolos de comunicación y reglamentos a sus poco aventajados estudiantes en materias tecnológicas. Les prometió a sus alumnos llevarlos a fin de semestre a la torre ENTEL y mostrarles en el subterráneo los switches. Desde ya les aviso que quiero ir a la clase en la cual hablen sobre “espectro radioeléctrico” (si ya con los conceptos “televisión digital” y “paquete” fue suficiente para hacer hervir la cabeza de más de algún futuro leguleyo, me imagino que va a pasar con “ancho de banda”)

Lo primero que puedo decirles acerca de las diferencias entre una clase de Derecho, desde mi humilde punto de vista, es que desde un comienzo son cosas aplicadas (salvo por algunos ramillos por ahí). Derecho Civil y Constitucional al parecer les permite a estos muchachos seguir desde temprana edad las discusiones que se dan en el país en distintas materias: ¿Es anticonstitucional el Royalty? ¿Fulano no cumplió con lo estipulado en el contrato? Eso es una gran diferencia con Ingeniería, ya que por varios años lo que se hace es cavar y luego rellenar con cemento para dejar un suelo lo suficientemente resistente para soportar lo que a futuro se va a construir. Con cálculo, álgebra y física estadística muy difícilmente se puede tener opinión sobre lo bueno o malo de alguna obra, o si el manejo macroeconómico del país es adecuado o no.

Lo anterior es lo único que le envidio a la carrera de Derecho y una de las cosas que le critico a nuestra carrera, que incluso en sus últimos años puede carecer de contacto con la realidad. Con esto no quiero decir que Derecho sea una mala carrera o peor que Ingeniería. Sólo sé que estoy feliz donde estoy y no me cambiaría por nada.


Algún “jote beaucheffiano” debería preguntar de inmediato cuál es la calidad del material femenino de Pionono (o Piosisi hacia el año 88), y si no lo hizo, permítame decirle que no es digno de ser “InJeniero”. En el sur preguntamos “cómo está el talaje” cuando requerimos esta clase de información (tarea para la casa). La verdad, es que anda mejor que en Beaucheff, aunque en palabras de un amigo, “es por una razón estadística”. La cantidad de hembras por macho es muy superior a la que nosotros estamos acostumbrados, y confieso que he visto a una muchacha que cumple con mi “Norma de Calidad”. Desde este punto de vista, creo que debo recomendar visitar este lugar con la excusa de “recalibrar el ojo” , aunque en los últimos años el material mechón ha mejorado por suerte en las cercanías de Fantasilandia (¿O tengo el mal de Beaucheff en su etapa crónica?)

Creo que estas vistas fueron más provechosas que las dos anteriores que hice (léase Toma del Puente y posterior destrucción del frontis). No sé a cuantas clases más pueda ir, pero oportunidades como estas creo yo que se deben aprovechar, dado que siempre es interesante ampliar los horizontes y saludable dejar de lado las ecuaciones y otras expresiones matemáticas, aunque sea por un "delta t que tiende a cero".


Canción Recomendada:

He tratado de recomendar canciones relacionadas con los temas planteados, y esta vez haré lo mismo:

Englishman in New York de Sting: Un inglés en New York es como un ingeniero en Beaucheff ¿o no?